...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

J. ANDRADE - LA AUSENCIA DE UN PEZ EN EL CARDUMEN















te mueres
y alrededor sigue el curso de los días

faltarás

piensas
pero será como la ausencia de un pez en el cardumen
o tan indistinto como una gota de agua en el día lluvioso

y no te mueres de amor 

o sed 
o hambre

te mueres simplemente

en la fórmula simple de haber nacido
porque golpea su fondo aquello que comprueba su límite


y ya



Jotaele Andrade

sábado, 26 de septiembre de 2015

ANTONIO GAMONEDA - LIBRO DEL FRÍO - POEMAS 2



El animal que llora, ése estuvo en tu alma antes de ser amarillo;

el animal que lame las heridas blancas,
ése está ciego en la misericordia;
el que duerme en la luz y es miserable,
ése agoniza en el relámpago.

La mujer cuyo corazón es azul y te alimenta sin descanso,

ésa es tu madre dentro de la ira;
la mujer que no olvida y está desnuda en el silencio,
ésa fue música en tus ojos.

Vértigo en la quietud: en los espejos entran sustancias corporales y arden palomas. Tú dibujas juicios y tempestades y lamentos.


Así es la luz de la vejez, así

La aparición de las heridas blancas.


*****


Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el silencio de las últimas ramas.


Esto era el destino:


Llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.


***** 


A la penumbra auricular no viene nunca el sonido del amanecer. Muge el silencio en las ocultas bóvedas y se desliza en tus membranas. Silban los pájaros y tu pasión es sorda.


Tú ya no estás en tus oídos.


*****


Ardes bajo las túnicas carnales.

Ha sido inútil la sutura negra:
No hay agua en ti. Todas las fuentes manan en otra edad
Y te enloquece la pureza de la copa vacía.

*****


Amé las desapariciones y ahora el último rostro ha salido de mí.

He atravesado las cortinas blancas:

ya sólo hay luz dentro de mis ojos.


*****


Antonio Gamoneda

Libro del frío

lunes, 21 de septiembre de 2015

ANTONIO RIGO - POEMAS DE LA NEVERA




todo lo veo
en tu tobillo,
impúdico altar
de aquella desnudez,
árbol inquieto
de vocales transparentes,
espejo lunar de Aquiles,
indomable palabra
no dicha aún ni marcada
por los hombres.

*****


tiendo tu ropa 

en la azotea
al puro sol de diciembre,
la tiendo lenta
detenidamente,
silba el sol y
cantan los pájaros
desde no sé qué nube,
un poco más allá
se acerca el solsticio
oh! lo veo,
tu ropa y yo
felices
en la azotea del mundo
al sol puro y lunar
de diciembre.

*****


¿quién soy

cuando me veo
de lejos
quieto, frágil
invencible
respirando
el geranio?

*****


Antonio Rigo

Poemas de la nevera
Colección Planeta Clandestino nº 174
Ediciones del 4 de agosto

viernes, 18 de septiembre de 2015

INMA LUNA - EL CÍRCULO DE NEWTON


Lo poco que sé de mis piernas

Me hago la viva.
Me hago un cuerpo sonrosado y feliz que se despliega.
Qué le vamos a hacer, 
tengo unas piernas que son de primavera, 
vamos, que se abren solas, 
que atienden por su cuenta a las caricias,
que responden del modo aprendido por los siglos 
al agudo calambre de los dedos.
Mis piernas se abren.
Olvidan las tristezas, van a la selva.
Los preceptos se marchan de viaje 
porque quiero dulzores en la boca.
Abandonos.
Mis piernas se abren.
Se tensa el muslo, el aire, el vientre, el pezón.
Me olvido. Me curvo.
Me alejo del desierto porque me llama el agua.
Me mojo. 
Mis piernas se abren.
Florezco.
Soy lo que más soy y lo que menos.
Desarmada, perdida. Alejándome.
Me abriga, me consuela.
No quiere que otra vez me desvanezca.
Sus dedos van buscándome debajo de las bragas
por si allí subsistiera algo de mí extraviado,
Por si así me pudiera sujetar.
Mis piernas se abren. 
No yo. 


Inma Luna
El círculo de Newton
Baile del Sol Ediciones

miércoles, 16 de septiembre de 2015

FERNANDO MENÉNDEZ - PERRO LADRADOR



De sol a sol, 
son así las risas:
nacidas para lo ajeno.
Vienen, 
abren surcos.
En otras épocas
se obstinaron 
en lo increíble.

*****

Mi tristeza
un mechón blanco.
No es cierto que avance
con el tiempo,
tan solo
se reincide.

*****

A unas gotas
les pone nombre.
Es sólo 
el comienzo-

*****

Hacia el estanque
sólo corre 
el silencio.
Estoy 
cerca del agua.
Envejeciendo.

*****

El niño corre:
vive siempre
fuera del otoño.

*****

Fernando Menéndez
Perro ladrador
Bradbury Ediciones.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

NARES MONTERO - PARA ENFRENTAR BATALLAS QUE ME ALEJEN


Lloro de rojo
con los labios sangrando,
abrigo largo de funeral con lluvia,
y no como las niñas
de nombre Irene
y cara de margarita.
Tocando el bofe de la vaca,
aún caliente
sigue palpitando, así, en canal.
No como las pecas
ni la risa que se queda
en los columpios al final de la tarde.
Lloro como los carteles:
Silencio en el hospital.
Y no rebañar el plato
con la lengua,
rebañar la lengua.
Lloro sonámbula,
la bañera se inunda
y en el suelo un charco
avanza y avanza.
Lloro en eclipse terrestre
tapándolo con el pulgar.
Lloro pantera bizarra,
no despensa llena.
Candil apagado,
niebla galopante,
óxido de manzana.
Tu muerte me silba:
no sé acabar el poema.

*****

Ahora que no es el presente,
ni es ningún otro momento, sospecho
que no hay lugar donde existas más
que en este cerco, en esta sima,
en esta aldea vallada de piel
que se alimenta de la trayectoria
de tantos ideales
incorruptos como mentiras.
No hay en la realidad verdad ninguna,
no está en las palabras ese misterio
que buscas.
No hay nada que esté vivo.
Malgastas tu tiempo en el espacio
finito de la hoja en blanco.
Luego dirás: “Carpe diem”.
¿Qué haces leyendo este poema?


Nares Montero
Para enfrentar batallas que me alejen
Ruleta Rusa Ediciones


miércoles, 2 de septiembre de 2015

ANNIE LECLERC - LA RISA


LA RISA

Yo le decía a mi hermana, 

o ella me decía, 
ven, ¿jugamos a reír? 
Nos acostábamos una junto a la otra en la cama 
y empezábamos. 
Para hacer como que hacíamos, por supuesto. 

Risas forzadas. 

Risas ridículas. 
Risas tan ridículas que nos hacían reír. 
Entonces venía, sí, la verdadera risa, 
la risa entera a arrastrarnos en su rompiente inmensa. 
Risas estalladas, proseguidas, atropelladas, desencadenadas, 
risas magníficas, suntuosas y locas... 
y reíamos al infinito de la risa de nuestras risas... 
Oh risa, risa del goce, goce de la risa; 

reír es vivir tan profundamente


Annie Leclerc