Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido, y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida, y por la sombra y por lo que conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡Y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!
TÚ
ResponderEliminarCon el índice
señalarte,
ponerte nombre,
sentirte ajeno
y rodar por el abismo
inextricable
de la consciencia.
jmf
Sábado Santo 2012