El corazón deja de latir
(a veces hasta el reloj se para)
encogido
de miedo.
Pero más allá de ese abismo
sigue latiendo la vida,
intacta,
con todas sus promesas.
Sólo hay que seguir caminando
un
poco
más.
pd: no sé si es un problema de mi ordenador, pero su foto se me descoloca y se sitúa justo encima del poema, de modo que sólo puedo leerlo abriéndolo en página aparte...
Adorar a Berna se hace
ResponderEliminartan
necesario.
Un abrazo, Jorge
B.
pd: no sé si es un problema de mi ordenador, pero su foto se me descoloca y se sitúa justo encima del poema, de modo que sólo puedo leerlo abriéndolo en página aparte...