Páginas
▼
lunes, 5 de diciembre de 2011
PHILIP LARKIN - NADA QUE DECIR
NADA QUE DECIR
Para naciones imprecisas como maleza,
para los nómadas que viven entre las rocas,
tribus de baja estatura y cara de enfado,
y para las familias unidas por adoquines
en pueblos con molinos de oscuras mañanas,
la vida es una muerte lenta.
Y también sus distintas maneras
de edificar, de bendecir
de medir el amor y el dinero
son variantes de una muerte lenta.
El día que uno pasa cazando un cerdo
o celebrando un fiesta en el jardín,
horas que dan fe
o dan a luz, avanzan
hacia una muerte igualmente lenta.
Y decir eso para algunos
no significa nada; a otros les deja
sin nada que decir.
Philip Larkin, Nada que decir
Las bodas de Pendecostés. Lumen
Este poema es genial, las bodas de Pendecostés es su libro más célebre, lo he leído y sin embrago no me acuerdo de este poema tan buena. Un saludp
ResponderEliminar