El beso
Maciza lentitud,
lentitud martillada;
Humana lentitud,
lentitud forcejeada;
Desierta lentitud,
desanda tus ardores;
Sublime lentitud, sube
desde el amor;
Que la lechuza ha
vuelto.
Versión de Jorge
Riechmann
Los
soles canoros
Las desapariciones
inexplicables
los
accidentes imprevisibles
los
infortunios quizás excesivos
las
catástrofes de todo orden
los
cataclismos que ahogan y carbonizan
el
suicidio considerado crimen
los
degenerados intratables
los que
se enrollan en la cabeza un delantal de herrero
los
ingenuos de primera magnitud
los que
colocan el féretro de su madre en el fondo de un pozo
los
cerebros incultos
los
sesos de cuero
los que
hibernan en el hospital y conservan la embriaguez de
las
ropas desgarradas
la malva
de las prisiones
la
ortiga de las prisiones
la
higuera nodriza de ruinas
los
silenciosos incurables
los que
canalizan la espuma del mundo subterráneo
los
poetas excavadores
los que
asesinan a los huérfanos tocando el clarín
los
magos de la espiga imperan temperatura benigna
alrededor
de los sudorosos embalsamadores del trabajo.
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