...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

miércoles, 20 de abril de 2011

JOHN ASHBERY

           
            APEROS DE GRANJA Y RUTABAGAS 
                               EN UN PAISAJE
                                      (Sextina)

El primero de los mensajes sin descifrar decía: "Popeye se 
     sienta sobre truenos,
algo inimaginable. Desde esa caja de zapatos de apartamento,
más allá del matiz amoratado de las cortinas, emerge un 
     tangram: parcelas de tierra".
Mientras tanto la Bruja del Mar se relajaba en un sofá
     verde: "Qué agradable
pasar las vacaciones en la casa de Popeye", y se rascó
el único pelo de su barbilla partida. Se acodó de las espinacas
y fue y le preguntó a Pilón si había comprado espinacas.
"Mi amor, las llanuras están cubiertas de
     truenos
hoy, y será como tú desees". Y se rascó
la cabeza bajo el sombrero. El apartamento
parecía ir menguando. "¿Y qué si ninguna agradable 
inspiración nos sumerge ahora en las estrellas? Porque esta 
es mi tierra".
De repente, recordaron que todo era más barato en esa tierra.
Mientras Pilón abría con esmero la lata número 2 de 
     espinacas
se abrió la puerta y entró Cocoliso gateando. "¡Qué agradable!"
Pero Cocoliso parecía malhumorado. Traía una nota 
     prendida a su babero: "Truenos
y lágrimas son inútiles", decía. "En lo sucesivo, el 
     apartamento
de Popeye será recordado como un espacio tóxico o salubre,
     entero o como algo que alguien rascó".

Oliva cruzó como un rayo tras la ventana. Una manta de
     geranios rascó
sus largos muslos.  "¡Traigo noticias!", gritó. -Popeye, 
     forzado, como sabéis, a huir de su tierra
en una tarde borrascosa y húmeda, a causa de las intrigas
     de su marchito y duplicado
padre, celoso de su apartamento
y de todo lo que hay en él -yo misma y las espinacas 
en especial-, lanza saetas de cariñosos truenos
a su propio y estupefacto decoro, destruyendo el agradable
arpegio de nuestros años. Ningún agradable
rayo de sol refrescará vuestra sensación de envejecer. no
     más -y se rascó-
Ni árboles ni musgoso follaje, solo quedará la oscuridad
     inmaculada y los truenos.
Agarró a Cocoliso. "Me llevo al mocoso a mi tierra".
"No puedes hacer eso... Aún no ha terminado de comerse
     las espinacas",
conmino la Bruja de Mar, lanzando una mirada medrosa 
     en torno al apartamento.

Pero Oliva no podía oírla. Entonces el apartamento
Se sumió en un silencio nuevo y extraño. Es muy agradable
estar aquí, pensó la Bruja del Mar. Si esto es todo lo que 
     hay que temer de las espinacas,
entonces no me preocupan mucho. Quizá podríamos
     invitar a Alicia la Tonta, y se rascó
una teta pensativamente. Pero Pilón es tan cateto, tan
     bruto como la tierra,
siempre eructando...  En unos minutos, los truenos
inundaron el apartamento. Domésticos fueron aquellos
     truenos,
del color de las espinacas. Popeye se rió entre dientes y se 
     rascó 
los huevos: claro que era agradable pasar un día en su tierra.

YOHN ASHBERY. EL DOBLE SUEÑO DE LA PRIMAVERA
TRADUCCIÓN DE SILVIA BARBERO. VISOR


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