...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

sábado, 8 de noviembre de 2014

JUAN PABLO ZAPATER - LA COLECCIONISTA - I



TE ANUNCIARON UN DÍA
con un hilo de voz sobre mi almohada:
"Viene a verte esa niña de uniforme
que ayer ya estuvo aquí cuando dormías".
No es extraño que ahora, al encontrarnos
después de tanto tiempo, la memoria
reconstruya fielmente esas palabras,
como recién oídas y el silencio
que siguió mientras iba imaginando
un rostro para ti, tal vez un nombre,
frente al sol que manchaba ya sin fuerza
las arrugas del cuarto.
                               Me insistieron:
"Conócela un momento. Si te cansas,
le hablamos del peligro a los contagios".
Con décimas de fiebre y decaído,
como siempre atardece un ser enfermo,
me negué a recibirte y sin cautela
 ni antídoto eficaz al que aferrarme,
contraje una más firme calentura
cuando hermoso irrumpió tu atrevimiento.
Sentada junto al borde de la cama
dijiste haber llegado algunos meses 
atrás con tu familia, ser la nueva
vecina que en la casa de los chopos
usando unos gemelos contemplaba
en sus ratos perdidos el trasiego
de aquella habitación. Sentí vergüenza
y enfado contenido ante la intrusa
cuyo descaro hacía que, de pronto,
mis padres sonrieran.
                              Pero entonces,
al quedarnos a solas, mientras ellos 
volvieron a ocuparse de sus cosas,
adentraste las manos bajo el paño
de la sábana azul que me abrigaba
y al encontrar la piel tan inocente,
tan lejos de ser fértil todavía,
entornaste los ojos y besaste
al hombre que sería con los años
y quien hoy el destino te devuelve
sumiso y pecador, desde aquel día.

Juan Pablo Zapater
La coleccionista
Visor de Poesía

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