EN EL AULA
Hablando de poesía, con los brazos
llenos de libros que llevo hasta la mesa
en que las cabezas bajan o se levantan,
escuchando, leyendo en voz alta,
hablando de consonantes, de la elisión,
capturadas en el cómo, olvidando el por qué:
miro tu rostro, Jude,
ni ceñudo ni afirmativo,
opaco en el sesgo del polvo sobre la mesa:
una presencia como una piedra, si una piedra
pensara lo que no puedo decir,
soy yo. Para eso vine.
Adrienne Rich. Maryland, EE. UU., 1929
Traducción de José Luis Justes
Leo aquel libro
ResponderEliminardel que me leíste
los tres primeros capítulos
en voz alta.
Y ya no es un cuento.