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...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.
jueves, 31 de diciembre de 2015
JOSEPH BRODSKY - DESPUÉS DE NUESTRA ERA, XII
XII
Al proponerse cruzar la frontera, el griego
consiguió un saco de gran tamaño, luego
en los alrededores del mercado cazó
hasta doce gatos (a cual más negro) y con
la maullante y alborotada carga
llegó de noche al bosque fronterizo.
La luna brillaba, como siempre
brilla en julio. Los perros guardianes
cubrían, cómo no, cualquier barranco
con su ladrar dolido: los gatos dejaron
de armar escándalo en el saco y casi se calmaron.
Y el griego pronunció en voz baja: "en esta hora,
Atenea, no me dejes. Ábreme camino".
Y para sus adentros añadió:
"en esta parte de la frontera
dejo seis gatos sólo. Ni uno más".
Un perro no se subirá a un pino.
Y en cuanto a los soldados, son supersticiosos.
Todo salió a pedir de boca. Y luna,
perros, gatos, pinos, la superstición:
todo el mecanismo funcionó.
se encaramó al puerto. Pero en el instante
en que ya tenía un pie en el otro imperio,
descubrió aquello que había descuidado:
Dándose la vuelta, vio el mar.
El mar se extendía abajo a lo lejos.
A diferencia de los animales, el hombre
es capaz de abandonar aquello que ama
(sólo para distinguirse de ellos).
Más, como del perro la saliva,
las lágrimas descubren su naturaleza animal.
"¡Oh, Thalassa!..."
Pero en este maldito mundo
no puedes dejarte ver por tanto tiempo
en un alto y a la luz lunar, si no quieres
convertirte en blanco. Alzando el fardo,
el hombre comenzó a descender con tiento hacia abajo,
al interior del continente; y a su encuentro se alzaba
la cresta de un pinar trocando el horizonte.
De Después de nuestra era
No verdrá el diluvio tras nosotros
Joseph Brodsky
Galaxia Gutemberg
sábado, 26 de diciembre de 2015
ELOY SÁNCHEZ ROSILLO - LA CERTEZA
EL SECRETO
Por si acaso se asusta la alegría
y se apresura a irse,
se la escondo a la gente y no le digo a nadie
que ha llegado a mi casa después de mucho tiempo.
Hablo con ella, y con frecuencia verla
de nuevo tan cercana
me hace llorar, y río.
Después la dejo sola y yo me voy
a la calle muy serio.
A nadie le diré que ha venido a mi casa.
Espero que esté aquí cuando regrese.
*****
CANCIÓN DE MARZO
Abrí el balcón y vi la maravilla:
estaba ahí la primavera.
¿Cómo pudo ser todo así, tan simple?
Algo raro ocurrió.
El balcón de una casa
cualquiera, en una calle
de una ciudad cualquiera.
Abrí y miré. Eso tan sólo hice.
Y sucedió el prodigio.
Qué cosa tan extraña.
Mi casa era un palacio.
Yo era el rey de la vida.
El balcón daba a marzo,
a un día de jilgueros.
*****
La certeza (Premio Nacional de la Crítica 2005)
Eloy Sánchez Rosillo
Tusquets Editores
miércoles, 23 de diciembre de 2015
MILAN RÚFUS - PEQUEÑOS CAMPOS EN LAS MONTAÑAS
PEQUEÑOS CAMPOS EN LAS MONTAÑAS
Mi pequeño campesino de la infancia contado por la ventisca,
¿qué ha quedado de nosotros?
Dime qué ha pasado.
Ha quedado poco y menos aún. Poco:
una sombra, un árbol arrancado, un anillo roto.
Y aquí se ha conservado todavía.
Aquí, arrojado a las piedras.
Aquí, que hace falta demasiado sudor.
Y también demasiada fidelidad
a la pobreza llena de agujeros. Nada para el cliente.
Sólo para el hombre que era silencio, como un liquen,
hasta de piedra sabe moler una pizca de harina
y le basta.
Se humilla el último
quien conoce el valor de la humildad
y el centimo de la alabanza.
A la montaña
huyó otra vez el rebelde. Pero a acabar sus días. Solo.
Pequeños campos. Cintas en la corona.
Paz a nosotros.
*****
Campanas
Milan Rúfus
La Poesía, señor hidalgo
lunes, 21 de diciembre de 2015
OLAIA PAZOS - SINGLADURA
Soñé que éramos barcas
meciendo marionetas.
El sol nos calentaba la cara
y un carrusel de posibles
se hacía fuerte en nuestras infancias.
Había niñas mascando chicle
mientras daban patadas a los restos de un presidente.
Carteles
por el suelo.
Campañas
electorales por los aires.
Éramos barcas
y llevábamos marionetas en los vientres.
Aprenderemos a cantar nanas,
canciones de cuna
para que sueñen los buenos.
No hay
nadie en la calle
y las
casas están desisertas.
En nuestro carrousel de posibles
nacemos para vivir
las calles están despiertas y las casas plenas
y no sólo las bocas hablan.
Soñé que éramos barcas.
*****
Acepto mi soledad.
Acepto mi sentimiento de soledad
y el dolor que me causa,
y en consecuencia,
el daño que me hago.
Acepto que busco el amor
y con mi cuerpo también
y con él a mi padre.
Acepto el sexo
rápido
y el aplauso, como carencia.
La necesidad como precariedad.
Acepto mi falta de decisión
o de personalidad
como causa de todo.
Mi ignorancia,
con su vergüenza,
motor de mi revolución,
rebeldía de saldos.
Acepto y acepto
que tomé malos ejemplos
y que tomé de más.
Acepto sonrisa como declaración
de principio de guerra.
Acepto desprecio
como matanza.
La moda como tránsito degenerativo,
pérdida de identidad.
Acepto un cañón como caricia.
Acepto
que hay guerra.
Abandono mis apellidos, me
desligo, me desmochilo.
me desprendo
Así inicio este viaje.
Singladura
Olaia Pazos
Ruleta Rusa Ediciones
Singladura
Olaia Pazos
Ruleta Rusa Ediciones
jueves, 17 de diciembre de 2015
BLAGA DIMITROVA - EL LENGUAJE DE LAS AVES
El lenguaje de las aves es el canto.
Y el canto no sabe mentir.
Revela el dolor más oculto,
los arrebatos más oscuros del amor.
Ya de lejos el canto recalca
la identidad exacta del ave:
ruiseñor, oropéndola, mirlo, pinzón.
¿Cuánto puede ser dicho
a velocidad de trescientos sonidos por segundo?
No hay un lenguaje más intenso,
más libre, más natural,
más íntimo hasta la desolación,
que el borboteante lenguaje de las aves.
Una a otra se escuchan sin nunca interrumpirse.
No conocen el malentendido,
y aunque lo haya será migratorio.
No practican ambigüedades, insinuaciones,
ni entienden erróneamente la súplica,
no silencian la confesión.
Todo mana claridad.
¿Por eso tu verso busca
aliteraciones, acordes de cuerdas, retruécanos,
pausas, ecos internos, refranes, síncopas?
Pero ¿cómo se consigue la música
de la reciprocidad consonante de las aves?
Cada vez hay más humanos en la tierra,
menos pájaros en el cielo.
¡Dios, ten piedad!
*****
... Parece improbable:
respirar hedores y veneno
y exhalar oxigeno.
Aun así el árbol
lo practica.
*****
Fui nieve
soñando la primavera.
Germiné en la nevadilla.
Broté en la flor.
Me vertí en la fruta.
Retoñe en corona de árbol.
Me apagué en el deshoje.
Volé hecha viento.
Me duermo hierba.
Soy nieve
soñando eternidad.
*****
Tu camino te llevó hasta el abismo
Ha llegado el momento
de volar.
*****
Espacios
Blaga Dimitrova
Traducción: Zhivka Baltadzhieva
lunes, 14 de diciembre de 2015
FELIPE BENÍTEZ REYES - POEMAS
UNA FORMA DE ETERNIDAD
Pero ¿el miedo era esto?
No los amenazantes
fantasmas del pensamiento y la conciencia.
No los largos pasillos de hospitales
con tubos fluorescentes día y noche.
Ni siquiera el temblor de irrealidad
que se queda en el alma si recuerdas.
El miedo, al parecer, es sosegado:
te llega cuando cierras la ventana
y comprendes que todo cuanto miras
es lo mismo que ayer, y que lo mismo
volverá a ser mañana y para siempre.
*****
UNA FORMA DE PROFANACIÓN
Siempre ha tenido
el más hermoso nombre de ciudad.
En los cuentos exactos de la infancia
era el confín nativo de un ladrón,
un confuso lugar con hombres raros,
tocados con turbante,
a lomos de caballos presurosos.
Hoy es sólo un desierto
en que brillan estrellas violentas.
Bombardeada tierra, en fin, de las imaginaciones,
desdichada Bagdad,
yo que te imaginaba
fulgente por tus cúpulas de oro...
*****
PROPÓSITO DE ENMIENDA
A favor del vivir —sea eso lo que sea—,
retando la locura del tiempo fugitivo,
marcando las distancias con su vértigo
de muerte y destrucciones arbitrarias,
mirándole a los ojos
al tiempo
—aun siendo él
veloz como un reptil que deja atrás su sombra.
Qué meticulosidad —ese asesino en serie—
para darnos las dosis de veneno y de antídoto
con una exactitud de paciente alquimista,
arrojados nosotros a sus pies
como los perros...
Y, no obstante,
a favor del vivir, sea eso lo que sea
—y aun temiendo que sea
este raro correr hacia la nada.
*****
A favor del vivir —sea eso lo que sea—,
retando la locura del tiempo fugitivo,
marcando las distancias con su vértigo
de muerte y destrucciones arbitrarias,
mirándole a los ojos
al tiempo
—aun siendo él
veloz como un reptil que deja atrás su sombra.
Qué meticulosidad —ese asesino en serie—
para darnos las dosis de veneno y de antídoto
con una exactitud de paciente alquimista,
arrojados nosotros a sus pies
como los perros...
Y, no obstante,
a favor del vivir, sea eso lo que sea
—y aun temiendo que sea
este raro correr hacia la nada.
*****
Escaparate de venenos
Felipe Benítez Reyes
Tusquets Ediciones
sábado, 12 de diciembre de 2015
GARCÍA LORCA - ALMA AUSENTE
ALMA AUSENTE
No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.
No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.
El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.
Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
Federico García Lorca
sábado, 28 de noviembre de 2015
NATALIA LITVINOVA - POEMAS
ALUMBRAR
Una noche vi dar a luz a la gata de mi abuela.
Todos dormían, afuera nevaba.
Dio vueltas en la manta, contrajo el vientre y lo brillante
apareció entre sus patas. Me quedé al lado hasta el amanecer.
Le pregunté si ya se sentía vacía.
El sol se puso intenso
y no sé cómo hizo para teñir la nieve de azul.
*****
CEREMONIA
La infancia
te hará un palacio de invierno,
sembrará tus verduras,
será tu pájaro
recortado del periódico,
una castaña vista
desde la ventanilla del colectivo.
quemará la casa.
venderá tu fruto.
cortará el pájaro
adherido a la nieve.
*****
HUECO EN PIE
Hay días en los que río con mi risa triste. Mi risa equilibrista que cae,
entonces me río con el fracaso, risotada de tronco hueco
que se mantiene en pie por lo que alrededor florece.
Hoy soñé con mi abuelo, estábamos capturados. Nos pedían concentración,
que tocáramos música y que nos peináramos los unos a los otros.
Nos obligaban a construir pianos antiguos de madera.
Por las noches nos vendaban las manos para que no crecieran,
porque pequeñas y delicadas sirven para llegar hasta las cuerdas.
Mi madre decidía el lugar de las cosas. El jarrón de acá para allá, el sillón,
los cuadros, mi padre. Y cuando yo intentaba crecer, zas – zas, cortaba
los caminos de mi pelo.
Huele a gasolina y hace frío. Tengo miedo de encender el fósforo.
Va a llover nieve sucia. Estoy en un pueblo abandonado de Europa del este,
estiro el vestido para taparme. Una anciana que lleva una gallina en los brazos
tropieza y cae de rodillas. El ave que no sabe volar es arrojada al aire.
*****
CÓMANSE MI NIEVE
Susurro a los pájaros salgan de los poemas
cómanse mi nieve.
Susurro a la nieve fuera de mis poemas,
vuelen huevos de los pájaros.
Que el cascarón de la quietud no los devore.
*****
EL DÍA QUE NACÍ
3recuerdo el día que nací.
llovía y los árboles soltaban todos sus frutos, la fertilidad
de los ríos era capaz de matarnos.
recuerdo el día que nací.
tenía los ojos ciegos, la boca muda y el alma intocable.
mi padre me prestó su mano para que yo no supiera
qué hacer con ella.
amo las manos de mi padre, origen de toda creación
y de la fe.
recuerdo los abismos del vacío, los límites, el calor
del alba sobre mi nuevo rostro.
mis manos extendidas al no saber.
llovía y los árboles soltaban todos sus frutos, la fertilidad
de los ríos era capaz de matarnos.
recuerdo el día que nací.
tenía los ojos ciegos, la boca muda y el alma intocable.
mi padre me prestó su mano para que yo no supiera
qué hacer con ella.
amo las manos de mi padre, origen de toda creación
y de la fe.
recuerdo los abismos del vacío, los límites, el calor
del alba sobre mi nuevo rostro.
mis manos extendidas al no saber.
viernes, 20 de noviembre de 2015
FRANCISCO JAVIER IRAZOKI - ORQUESTA DE DESAPARECIDOS
BANDADA DE TIJERAS
Fue a finales de los años cincuenta del siglo XX. Mi hermana, en medio de un paisaje verde, lloraba mientras recorría un camino de tierra. Enseguida me describió las burlas padecidas en el colegio. Ella se expresaba en el euskera que nuestros padres nos enseñaron, y sus compañeros se reían. Para que yo no sufriera, me hizo aprender sin ira el castellano y sentí que con cada nueva palabra recibía un escudo. Así construí el muro detrás del cual Jorge Luis Borges, César Vallejo o Luis Cernuda me regalaron libertades. Comprendí que aquel refugio significaba igualmente una apertura.
Al poco tiempo, la democracia trajo deseos justos de recuperar los idiomas apartados por el franquismo. Entre algunos supuestos protectores del euskera no faltaron las desmesuras. Tachar los letreros viales escritos en español fue una de sus tristezas culturales preferidas. Con palabras borradas cerraron las mentes. Su desafecto hacia otras lenguas era la prueba de la insinceridad con que defendían la propia; vi que usaban esa aventura para llenar el vacío íntimo. Al cumplir años he perdido convicciones. Una de ellas sigue conmigo y sé que va a acompañarme hasta los últimos días: quien ama un idioma ama todos los idiomas.
*****
De noche suenan los teléfonos y escucho las voces que llaman desde el país donde nací.
Me anuncian la muerte de una persona
que conocí en mi infancia o juventud e, inmediatamente, siento la desaparición de un paisaje. La superficie que se desgaja deja en la niebla un torso, los brazos, los pies que fueron dos caminos paralelos. El roble y la higuera son ojos borrados cuando las frases salen del teléfono y entran en mis oídos.
En mis visitas a Lesaka, compruebo que los terrenos se han encogido. Las púas de los alambres que delimitaban las praderas sujetan ahora unos retales blancos, y el viento bate esos jirones de las ropas de los ausentes.
Otras llamadas siguen despegando las calles del pueblo, y aumenta el grupo de hombres y mujeres que pasean en mi memoria al despedirse de una patria de huecos.
Pronto seré el viejo que lleva en un bolsillo toda la extensión de su tierra
*****
CONOCIMIENTO
Yo la vi en los primeros días que recuerdo. Al principio la gota estaba a una altura inalcanzable: en las cimas de los grandes árboles, pendiente de una hoja invisible. La distancia no difuminaba la imagen, y percibí en su interior algunas palabras borrosas. Con el sol del verano la gota de agua aparecía sin sujeción en el horizonte.
Conforme crecí, la gota descendió hasta el alero de un tejado. Mis años fueron el imán que me acercaba a una esfera de palabras siempre ilegibles. Llegaron los días violentos de la juventud y ella los acompañó desde una tapia. En la edad que precede a la vejez la encuentro suspendida de los arbustos y hierbas. solitaria, sobresale incluso en medio de la lluvia.
Los viejos no caminan con lentitud por culpa de la carga del tiempo; sólo intentan no pisar la gota de agua caída al suelo de los últimos caminos que recorren. Hasta que los pies cansados rompen esa pequeña bolsa líquida. de ella salen libres las palabras indescifrables cuyo significado, por fin esclarecido, nadie puede transmitir.
*****
Orquesta de desaparecidos
Francisco Javier Irazoki
Hiperión
domingo, 8 de noviembre de 2015
ANTONIO GAMONEDA - PASIÓN DE LA MIRADA
Está tejida con azul la noche
aún crepuscular. La lengua roja
enciende su perfil.
Salgo al silencio
y penetro la vida de las cosas
y no sé si el centeno es la hermosura
o es la sed la verdad.
En esta hora
de secreta extensión, cuando no ciega
mis sentidos la furia luminosa
del resol cereal, y están creciendo
el zureo nupcial de las palomas,
los pájaros ocultos, la paciencia
de los Robles, aún, salgo a los huertos
y me busco en las aguas y las sombras.
*****
Recuerdo que la tierra quiebra dura
y se levanta azul hacia la nieve.
Recuerdo que los ríos descendían
cual frescos gavilanes y recuerdo
las tierras rojas sobre lomas. Vi
ásperos pueblos, huertos silenciosos.
Mire también al corazón humano
y vi la misma lentitud, la misma
roja aspereza y silencioso frío.
Pero, más tarde, sorprendí las aguas
enloquecidas por la luz, los lirios
ante el abismo, en la serenidad,
el ruiseñor, de noche, entre los álamos,
y los veloces pájaros del día.
*****
La luz, distribuida en la aspereza,
reconcilia a las bestias; luego baja
hasta las huellas del pastor, asiste
al huracán azul de las palomas,
hace crujir el campo y acrecienta
la agilidad insigne de los pájaros.
*****
La tarde entra de pronto en la cocina,
enloquece en el cobre, hace gloriosa
la herrumbre de las madres. Como un lienzo
se imparte en las estancias. Cruza, dora
el rostro del varón. Da en las tarimas,
atraviesa el laurel, tiembla en sus hojas.
Ahora volverán por los caminos
las mulas canas y las yuntas rojas
y, cansados, los hombres, sus cabellos
con tamo de trigal.
Cunden las sombras
al borde del tapial. Lenguas de acero
se sumergen en aguas silenciosas.
Antonio Gamoneda
Pasión de la mirada
miércoles, 4 de noviembre de 2015
LUIS GARCÍA MONTERO - COMPLETAMENTE VIERNES
Da vergüenza decirlo
Con los ojos vendados,
para que no pudieses recordar el camino,
intenté conducirte
al refugio sereno donde guardé mi vida.
Da vergüenza decirlo,
pero a veces los años construyen una casa
de medios sentimientos,
de verdades medianas,
de pasiones dormidas como animales viejos,
de cenizas y sueños humillados.
Y el cuerpo se acostumbra,
y las sombras apoyan su cabeza
en un pecho de sombra,
y el corazón se siente en paz o se doblega
a una derrota cómoda sin heridas mortales.
Da vergüenza decirlo.
Con los ojos vendados
para que no pudieses recordar el camino,
intenté conducirte
a mi mundo sereno de verdades a medias.
No me ha sido posible.
Esta noche insegura,
que mueve los relojes con la prisa
de tu pulso más vivo,
me envuelve y me repite:
no te ha sido posible.
Esta noche de viento,
que fue soltando amarras hasta quedarse tuya
como un delirio de melena negra,
me llama y me confirma:
no te ha sido posible.
Esta noche de gente
que pasa por las calles con tus ojos,
con la forma que tienes de vestirte,
con tu sonrisa de país lejano,
esta noche me empuja y me convence:
no te ha sido posible.
Y aquí estoy yo,
que voy soltando amarras hasta quedarme tuyo
y camino hacia el mar
con los ojos cerrados,
como una barca deja su refugio,
una barca feliz que se repite:
no me ha sido posible,
porque nada me importa,
sólo tu piel,
la piel de una tormenta.
Da vergüenza decirlo.
*****
Luis García Montero.
Completamente viernes
Tusquets Editores
martes, 3 de noviembre de 2015
DAVID GONZÁLEZ - PÁJAROS - TRINIDAD POÉTICA - AGUJEROS NEGROS
trinidad poética
la poesía
es
el vaso:
el agua
que contiene
el vaso:
y la gota
que colma
ese vaso
y rompe
la presa
*****
agujeros negros
ah
el tiempo que no se mojaba
los pies
en charcos de sangre:
nos reíamos
de la palabra de dios
en la mismísima caradura
de sus falsos representantes
las vacas se ordeñaban
en los pasillos de la escuela
durante la media hora del recreo
los domingos estrenaban ropa
ah
las tres chimeneas frías
el edificio mudo
y la bola del mundo
que invitaba
paisajes de ferrocarril
a mis sábanas de campaña
ay
la noche que me confundí en una estrella
y dejé de contar
*****
pájaros
los mirlos silban sobre las tiernas hojas.
KENNETH REXROTH
en la acera
de enfrente:
de enfrente:
un árbol
y
una farola
del alumbrado,
y
una farola
del alumbrado,
abrazados,
como
una pareja
de novios.
una pareja
de novios.
pero
solo
el
árbol
tiene
pájaros.
solo
el
árbol
tiene
pájaros.
*****
David González
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