...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

jueves, 16 de febrero de 2012

SEAMUS HEANEY



Mas pese a su frondoso 
y dócil dialecto
aquí de plano las plantas
no han llegado a algún acuerdo.
La cola de caballo tampoco,
ni la retama o la aulaga.
Ha de tener que ver 
con el viento.


           *


Y no es que el viento en sí
logre descansar en paz.
También disiente,
le da la cara
al viento,
o le da la espalda.


           *


"¿Me ves? –dice.
El viento
me ha ilustrado
en los estilos del mundo.
Lo inestimable es bueno.
¡Permiso otorgado!
Adelante, pues, ciudadano
del viento.
Ahora déjate llevar."


            *


Es menos jactancioso 
el helecho.
Se cierra y se enrosca
sobre sus secretos:
Guardados quedan 
a flor de tierra.


             *


Y a decir verdad,
también hay sol.
No hay en el mundo 
sol como éste. 
Por lo cual las plantas, 
incluso el helecho,
a veces dan 
su brazo a torcer.


             *


Sobre el asfalto soleado
y el recuerdo de la carroza
a paso lento por senderos
de hierba cubiertos,
los muertos se lanzan
al futuro.


            *


Nunca más, en días por venir,
la fruta sabría
tanto a tierra.
Había pizarra
en las zarzamoras,
una savia apizarrada.


            *


Teníamos enemigos,
aunque nunca supimos por qué.
Entre ellos,
las ortigas,
cosas malignas:
fingían estar dormidas.


            *


Entonces, ¿qué era mejor
que aplastar una hoja o una hierba
entre las palmas de las manos,
y luego ondearla poco a poco,
a gusto ante boca y nariz
y su olor inhalar?


            *


Entre el brezo y la caléndula,
entre el musgo y el botón de oro,
entre el diente de león y la aulaga,
entre el nomeolvides y la madreselva,
como entre el azul pálido y la nube,
entre el pajar y el techo de tejas


se dio mi existencia. Estuve ahí,
Yo en el lugar y el lugar en mí.


             *


¿Dónde volver a encontrar
ese mundo en otra parte, más allá
de los mapas y los atlas,
donde todo se entreteje
en y a partir de sí mismo,
Un nido de hierbas trenzadas?


De Herbolario
Seamus Heaney. 
Traducción de Pura López Colomé

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