El timbre
suena.
La
televisión pasea por la guía de canales,
no se molesta en bajar el volumen;
la plancha
esta casi sorda por el vapor;
es lunes al
medio día,
la
aspiradora está obligada a levantar morusas
y tiene
prisa por terminar.
El timbre
insiste en llamar,
las camas no
están presentables,
el
microondas y la batidora almuerzan watts,
en el
fregadero hay trastos en remojo,
la escoba y
el recogedor reposan en el
armario.
El timbre
suena otras dos veces,
en la
coladuría la lavadora da por terminado el ciclo;
las puertas
de los baños están cerradas;
el timbre suena,
la radio
demanda atención,
las
persianas cerradas,
hay un
ejército de soldaditos de plomo bajo llave;
el timbre
suena,
en el pasillo hay una silla de ruedas que
estorba el paso
y los
cuadros estan fijos en la pared.
El timbre suena
otra vez,
nadie tiene
tiempo
para abrir la puerta.
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