...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

domingo, 24 de febrero de 2013

JOSÉ CORREDOR-MATHEOS



El reloj no es un arco. Ni un silbo.
Ni una flor. Ni un rosario.
Sobre las olas vuela.
Pasa otra vez. Y luego todavía.
Siempre. Siempre volando.
El reloj no es un árbol.
Ni un ave. Ni un hermano.
Mirad vuestras muñecas. Alas. Pasos.
Sobre las olas vuela
este mismo reloj.
Siempre. Siempre volando.

               *****

Sobre el cristal del fondo,
las hojas del geranio
recuerdan un soldado,
un soldado que avanza.
Estoy oyendo coches,
allá abajo, en la calle;
televisiones, cerca,
y una estrella, muy lejos.
Ese soldado avanza
por campos desolados,
cruzando trincheras.
Llega a un poblado. Nadie.
La artillería calla,
pero la tierra tiembla.
Veo su rostro. Mira.
Veo su bayoneta.
Oigo el ronco jadeo.
Sus ojos no me miran.
Ese soldado avanza.
Retrocedo unos pasos.
La pared me detiene.
Ha llegado el momento.
El ventanal, abierto,
a la luz de la luna.
Y el geranio, el geranio.
Mientras yo retrocedo,
un soldado que avanza.


Desolación y vuelo. J. Corredor-Matheos
Tusquets editores

1 comentario:

  1. -No llevo reloj, no me gustan las jaulas. El tiempo no es como lo conocemos lejos de la tiranía de las horas.

    -Las hojas de geranio disparan a matar... (no pienso tomarme una infusión de manzanilla).

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