...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

jueves, 2 de julio de 2015

ANTONIO GAMONEDA - LIBRO DEL FRÍO - FRAGMENTOS


Era veloz sobre la yerba blanca.

Un día sintió alas y se detuvo para escuchar en otra edad. Ciertamente,
latían pétalos negros, pero en vano: vio a los duros zorzales alejarse hacia
ramas afiladas por el invierno

Y volvió a ser veloz sin destino.

*****

Hablan los manantiales en la noche, hablan en los imanes del silencio.

Siento la suavidad de las palabras olvidadas.

*****

Esta hora no existe, esta ciudad no existe, yo no veo estos álamos,
su geometría en el rocío.

Sin embargo, éstos son los álamos extinguidos, vértigo de mi infancia.

Ah jardines, ah números.

*****

Hay un anciano ante una senda vacía. Nadie regresa de la ciudad lejana; sólo el viento sobre las últimas huellas.

Yo soy la senda y el anciano, soy la ciudad y el viento.

*****

Hay una hierba cuyo nombre no se sabe; así ha sido mi vida.

Vuelvo a casa atravesando el invierno: olvido y luz sobre las ropas húmedas.
Los espejos están vacíos y en los platos ciega la soledad.

Ah la pureza de los cuchillos abandonados.

*****

Ha venido tu lengua; está en mi boca
como una fruta en la melancolía.

Ten piedad en mi boca, liba, lame,
Amor mío, la sombra.

*****

Mi rostro hierve en las manos del escultor ciego.

En la pureza de los patios inmóviles él piensa dulcemente en los suicidas;
está creando la vejez:

Ayer y hoy son ya el mismo día en mi corazón.

*****

El animal del llanto lame las sombras de tu madre y tú recuerdas otra edad: no había nada dentro de la luz; sólo sentías la extrañeza de vivir. Luego venía el afilador y su serpiente entraba en tus oídos.

Ahora tienes miedo, y de pronto, te embriaga la exactitud: la misma fístula invisible está sonando bajo tu ventana: ha venido el afilador.

Oyes la música de los límites y ves pasar al animal del llanto.

*****

Antonio Gamoneda
Libro del frío


1 comentario:

  1. Preciosas evocaciones, llenas de sugerencias. La mención al afilador y su música (su flauta) me recuerda un haiku de Aitor Suárez:

    Oigo tu flauta
    y a mi niñez en ella,
    afilador.

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