...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

sábado, 26 de marzo de 2016

CHARLES SIMIC - LO QUE LOS GITANOS DIJERON A MI ABUELA CUANDO TODAVÍA ERA JOVEN


IMPERIOS

Mi abuela profetizó el final
de vuestros imperios, ¡oh locos!
Ella planchaba, la radio estaba puesta.
La tierra temblaba bajo nuestros pies.

Uno de vuestros héroes daba un discurso.
"Monstruo", le llamó ella.
Hubo vítores y salvas para el monstruo.
"Podría matarlo con mis propias manos",
me declaró.

No hacía falta. Se irían todos
al diablo en cualquier momento.
"No vayas a nadie con estas habladurías",
me advirtió.
Y me tiró de la oreja para dejar claro que yo la entendía.

*****

LO QUE LOS GITANOS DIJERON A MI ABUELA CUANDO TODAVÍA ERA JOVEN

Guerra, enfermedad y hambruna harán de ti su nieta favorita.
Serás como una persona ciega que mira una película muda.
Picarás cebollas y trozos de tu corazón
           dentro de la misma cacerola caliente.
Tus hijos dormirán en una maleta atada con una cuerda.
Tu marido besará tus pechos cada noche
           como si fueran dos lápidas sepulcrales.

Ya los cuervos se acicalan
           para ti y para tu gente.
El mayor de tus hijos yacerá con moscas en los labios
           sin sonreír ni levantar la mano.
Envidiarás a cada hormiga que encuentres en tu vida
           y a cada yerba al borde el camino.
Tu cuerpo y tu alma se sentarán en escalones distintos
           mascando el mismo trozo de chicle.

¿Guapita, estás en venta?, te dirá el demonio.
El dueño de la funeraria comprará un juguete a tu nieto.
Tu mente será un avispero incluso en tu lecho de muerte.
Rezarás a Dios pero Dios pondrá un letrero
            de que no se le moleste.
No preguntes más, esto es todo lo que sé.

*****


Éramos tan pobres que en la ratonera yo tenía que ocupar el lugar del cebo. Totalmente solo en la bodega, podía oírles arriba ir de aquí para allá, agitándose y dando vueltas en la cama. "Estos son días sombríos y endemoniados", me decía el ratón mordisqueándome la oreja. Pasaron los años. Mi madre llevaba  una estola de piel de gato que sacudía hasta que las chispas iluminaban la bodega.

*****

Soy el último soldado de Napoleón. Han pasado casi doscientos años, y estoy todavía en la retirada de Moscú. La carretera está bordeada de álamos blancos y el barro me llega hasta la rodilla. La mujer tuerta quiere venderme un pollo, y ni siquiera llevo ropas.
Los alemanes van por un camino; yo voy por el otro. Los rusos van todavía por otro camino y dicen adiós con la mano. Tengo un sable de ceremonia. Lo utilizo para cortarme el cabello de metro y medio de largo.

*****

Era la epoca de los maestros de la levitación. Algunas tardes veíamos a hombres  y mujeres solitarios flotando sobre las copas oscuras de los árboles. ¿Estarían durmiendo o pensando? No hicieron ningún intento por navegar. El viento los empujaba muy ligeramente. Teníamos miedo de hablar, de respirar. Incluso los pájaros nocturnos se quedaban callados. Más tarde, mencionaríamos el pequeño libro que la mujer joven apretaba entre las manos, y el modo en que aquel viejo perdió el sombrero a causa de los cipreses.
Por la mañana ni siquiera había nubes en el cielo. Vimos algunos cuervos que se acicalaban al borde de la carretera; en el tendedero de la ciega las camisas levantaban las mangas vacías.

*****

El mundo no se acaba
Charles Simic
DVD poesía

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