...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

sábado, 5 de abril de 2014

CARE SANTOS - DISECCIÓN - POEMAS



AUTORRETRATO

Tengo treinta y seis años.
Sólo soy un estorbo para la evolución.
He parido tres hijos, pero hace varios meses
que desteté al pequeño.
Nunca fabriqué nada con las manos.
No tallo, no modelo.
Nunca hice una escudilla. O una mesa.
No domaron mis manos la madera ni el barro
ni ninguna otra cosa.
No sé curar enchufes ni comprendo los grifos.
Ni siquiera soy buena devolviendo un botón 
a su lugar.
Fui un año presidenta de la comunidad 
de propietarios
                      mas yo siento que no fue suficiente.
No soy capaz siquiera de matar a un cangrejo.
Incluso me conmueve ver colorear un pez fuera del agua.
No conozco de trucos ni pócimas capaces de sanar;
                      nunca he matado a nadie.
Nada entiendo de arados ni de recolecciones.
Desconozco el placer de ver crecer aquello
cuya semilla deposité en un surco.
Durante muchos años me he sentido orgullosa 
de saber ejercer un oficio antiquísimo:
proporcionar placer
(y a la vez ser capaz de recibirlo).
Mas ahora he aprendido que tampoco en la cama
soy insustituible
                       aunque tengo muy alto el umbral del dolor
                       y grandes aptitudes para ser humillada.
De amor, mejor ni hablar:
no hay nada más inútil en la tierra
que lo que no podemos retener.
De modo que lo único que tengo
es mi tenacidad para unir noche y día
una palabra a otra.
Con ellas formo frases
                       que a su vez forman párrafos
que a su vez son historias,
pero es algo que muchos son capaces de hacer,
tal vez mejor que yo.
                                           O con más éxito.

De modo que aquí estoy.
Tengo treinta y seis años.
No sirvo para nada.

           *****

OFRENDA

I

Agarro tus manos:
las manos que han tenido mi cuerpo tantas veces,
las primeras que hallaron, al nacer, nuestros hijos,
las que tocan, reparan y disponen las cosas
que llenan mi presente.

Agarro tus manos
y dejo sobre ellas los fragmentos
de este corazón casi rendido.
Desmóntalo como a un reloj,
clasifica las piezas,
púlelas, límpialas, deséchalas,
trata de que luego encajen
para que todo quede como estaba,
para que su tic tac sea el mismo de siempre,
para que no rezumen de óxido las grietas.

II

La fe que tengo en ti se debe, en parte,
a que conoces bien el artilugio
(desde aquel primer día en que fuimos suicidas
jamás estuvo lejos de tus manos)
y también a lo mucho que recuerdo tus gustos.
Por ejemplo: montar y desmontar mecanismos
y ufanarte después de tus habilidades.
Por ejemplo: el orgullo de ver que nuestra vida
empezó hace algún tiempo en una cuerda floja
y es por eso que no nos da vértigo la altura
ni tememos caer, si es intenso el instante.

Yo soy igual que tú, ¿no lo recuerdas?
La que no piensa en nada
excepto en que, por ti, lo apostaría todo
una vez y otra vez, y mil si es necesario.

Sólo quiero saber que tu mirada
contiene más futuro que pasado
y es cruce de caminos que aleja del infierno.

            *****

DESPOBLACIÓN

Igual que de esos pueblos de los que huye la gente
el día en que se vienen abajo los tejados,
entiendo que te escapes de mi vida.

Aquí no queda nada: escombros y cascotes
y madera podrida que ni siquiera arde.

            *****

Care Santos
Disección
Ediciones Torremozas 2007


          

2 comentarios:

  1. por supuesto que me gustaron!!!
    y es la primera vez que sé de ella. Muchas gracias Jorge

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  2. Gracias por acercarnos sus versos.
    Abrazos, siempre

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