NO DESPIERTES A LAS
CARTAS
Desde que mi crónica
mala suerte
se desvaneció en mi
baraja de cartas de amor,
ando alrededor de
ellas con cuidado,
y no abriré la ventana
los días de viento.
Le quito las
horquillas de su largo cabello negro
y le bajo el vestido
yo mismo,
no sea que su roce
mueva el aire muerto
y haga que las cartas
vuelen.
A ella le digo: No
pienses siquiera
en coger una escoba
o bailar meneando las
tetas.
Échate en mis brazos
y contempla la caída
de la luz
dorada sobre nosotros
en un silencio sin
palabras.
No despiertes a las
malditas cartas.
***
El mundo no se acaba
Charles Simic
DVD poesía
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