LOS
CARRETEROS
Un
lento susurro, el diálogo
de
la rueda con la piedra, me conmueve.
En
un silencio de iglesia tose el día
antes
de empezar. Escucho.
El
crujido abismal de las cosas que serán.
Restallido
de semillas, de látigos.
Comienza
la cacería.
Ya
avanzan los ojeados, se apresuran. Ante ellos
salen
volando los panes como codornices.
Ya
marchan los carros. Amanece.
*****
ANCIANA
COGIENDO LEÑA
Aún
tira de ello, todavía aguanta
el
carrito de huesos a la doliente carretilla.
Como
un sable herrumbroso la ha sacado el verano
por
el trecho de vida que aún queda.
Señor,
no nos deseches y úsanos sin miedo.
Úsanos
hasta el último momento.
Con
dureza, como a una colilla: así písanos el cuerpo
hasta
que se apague, hasta que ya no sirva,
y
no nos dejes morir lentamente.
*****
SEGADOR
Hasta
el cuchillo tiene su maestro.
La
piedra para la guadaña.
Así
el jinete ensilla el fuego.
Coge
el rayo en las manos como una lanza.
Toca,
mientras tanto, con el cuerno de búfalo
lo
arcaico.
*****
Campanas
Milan
Rúfus
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