No sé escribir
este poema.
Lo que quiero
decir no sé decirlo.
Por mucho que
te empeñes
en buscarle
algún sentido
(o en entender
acaso lo que dice)
no hallarás en
él
ni una sola
entre línea,
ni una sola señal
de lo que pasa,
porque no sé
escribir este poema,
porque cada
intento es un latido
que
muere en el intento.
***
El blanco del
papel a veces duele
como una
herida hueca y amistosa.
El blanco del
papel a veces vuela
y en sus alas
a veces duerme el viento.
El blanco del
papel a veces sufre
el mismo grito
blanco que refleja
el
nombre de su árbol.
***
Arrastrado
hasta aquí,
tal vez para
mirarme
-tranquilo y
nervioso-
desde otra
perspectiva.
Arrastrado
hasta aquí,
tal vez para
mirarte
desde lo que tú
mueves
o para ser
mirado por tu hallazgo
-aunque de mí
prescindas- invisible.
Arrastrado
hasta aquí
como se
arrastra
un objeto que
late
-con corazón
de lluvia desbordada-
sobre una
antigua mesa.
Arrastrado
hasta aquí
-como sin
saber cómo-
tal vez para
ser útil
y aun sin
serlo.
El
accidente ilustra la fragilidad de la materia.
Los gatos han aprendido a abrir el frigorífico. Felipe Bollaín
Editorial Conteros. Colección Antínoo
Qué cuidada selección de poemas aquí. Un saludo, volveré, muchas gracias.
ResponderEliminarSalud
Manuel Marcos