Las golondrinas alzan el vuelo, rozan las mareas, y se elevan en espiral en la tibieza de la atmósfera. No hablan con los humanos, porque los humanos se quedan pegados a la Tierra.
Las golondrinas no son libres. Están condicionadas por la repetición de sus órbitas geométricas. Modifican ligeramente el ángulo de incidencia de sus alas para describir espirales cada vez más abiertas con respecto al plano de la superficie terrestre. En resumen, no hay ninguna enseñanza que extraer de las golondrinas.
A veces, volvíamos juntos en coche. Sobre la llanura inmensa, el sol poniente era enorme y rojo. De repente, un rápido vuelo de golondrinas rayaba su superficie. Entonces, tú te estremecías. Tus manos se crispaban sobre el volante forrado de piel.
Tantas cosas podían separarnos en esa época.
Sobrevivir. Michel houellevecq
Poesía
Anagrama
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