Poema para un poeta muerto
Era un poeta de veras.
Un verdadero poeta.
Decía cosas
que te hacían pensar
y las decía bien.
Veía cosas
que ninguno de nosotros
jamás pudo ver
y las veía claramente.
Se daba maña
con el lenguaje.
Las imágenes volaban
a él como pájaros;
un San Francisco, era,
de las palabras. ¿Dijiste palabras?
Si por poco las hacía hablar.
de Holiday on Death Row (1972) versión de Eduardo Gleeson.
***
Mi cobrador de autobus
Mi cobrador de autobús me cuenta
que no tiene más que un riñón
que pronto podría declararse en huelga
por exceso de trabajo.
Cada billete de autobús
adquiere ahora otra forma
y textura
Sus labios estrechos
no tienen bromas
para las gruesas chicas obreras
y tampoco hace caso
del borracho que ronca
o del viejo que habla solo
y se baja en una parada equivocada.
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