Su mano se agita en señal de despedida.
Es colibrí que levita, pañuelo sin cuello,
pelo enredado en la rama.
Su mano desaparece
llevándose mis metáforas.
***
Como si todo lo que escribo, cada certeza,
cada incertidumbre, terminara con amén.
cada incertidumbre, terminara con amén.
Cuando mi deseo es que al oírme balbuceante,
te me arrojes encima. Que el golpe contra mi pecho
te me arrojes encima. Que el golpe contra mi pecho
devuelva las palabras a su origen.
Su cuerpo cambió de curso. Entró en el recuerdo sin avisar.
Precisamente allí donde la luz no sirve.
Había dejado un camino de migas de pan, pero se tentó,
llamó a los pájaros.
***
DESCENTRA
¿No se te cae el alma del centro
hacia otro centro cuando llueve?
¿No eres otro con cada cambio de luz,
de sombra?
Te entregas a la belleza cuando busca victimas.
Te entregas. Y sólo pensabas mirar.
Amigo, la de la fotografía no es Natalia Litvinova. He usado la misma fotografía para acompañar un par de sus poemas, pero no es ella. Y como sé que vos sí acompañás poema con foto del autor...te lo digo.
ResponderEliminar(ella también es rubia, cabellos largos y ojos claros)
No te preocupes, ya sabía que no es su foto. En internet había encontrado varias fotos de Natalia, pelo rubio liso y largo y muy guapa. Pero me gustó esta foto que encontré en tu blog y si a Natalia no le importa, esta se queda. Me gusta su poesía y no faltará alguna ocasión para acompañar sus poemas con otras fotos suyas. Gracias Emma, tienes un blog excelente.
ResponderEliminarUn abrazo
Jorge Espina
Gracias Jorge y Emma,
ResponderEliminarcariños para ambos,
Natalia