...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

domingo, 15 de diciembre de 2013

ANA PÉREZ CAÑAMARES - LAS SUMAS Y LOS RESTOS II



Una mariposa en el vagón de metro.

Príncipe Pío, 31 de agosto, 14,30 horas.

Dejo escritos los datos exactos

porque nadie pareció darse cuenta.

Los periódicos gratuitos

hablaban de asuntos banales.

                  *****


Soy lista como un ángel

los segundos previos
a escribir el poema.

En el poema soy prudente:

cada verso un tablón
para cruzar el abismo.

Lejos del poema soy torpe

y los recuerdos no traen sabiduría
sino imágenes talladas en granito.

No vuelo, ni ando, ni me hundo.

Escribo palabras como barandillas.
Me asomo desde ellas y no me caigo.

                   *****


Hablar, como ejercicio permanente

de dignidad en la retirada;
como apuesta por la retaguardia
para la clasificación de los restos.

Hablar, para que los caídos

sigan teniendo voz en mi locura.

Hablar, sabiendo de lo inútil

de túneles, escondites y escaleras;
sólo por el placer de acariciar
la barandilla, cuanto tú no estás
esperándome arriba, sino que eres
la propia barandilla.

                    *****


Contra la noche no valen paraguas.

Sólo hay intemperie.

Mientras esté oscuro

todos seremos niños.

El escondite no es un juego

cuando nadie puede ver.

                   *****


Hemos Elegido perder eternamente 

para no mancharnos las manos.

No parecemos reparar en 

cómo se mancha la conciencia
mientras nos quedamos quietos.

Cómo se llena de verdín

y se hace resbaladiza.

                   *****


Un día no vas a venir rogando

sino exigiendo lo que es tuyo.
Tus ojos mirarán de frente
y en tu mirada la espera de siglos
se habrá fraguado en inminencia.

Ruego a tus antiguos dioses

y a mi dios que ya no existe
que me concedan la dignidad
para luchar en tu bando.

Y si no lo hago, arróllame:

ya he disfrutado lo que te pertenece.

                  *****


Intento leer en el patio.

Pero demasiado cerca se escucha
en la tele uno de esos programas
en los que la ternura ha cedido paso 
a una pegajosa autocompasión.

Esto tengo que dejar dicho:

amo la vida y sus disfraces de puta
inocente implorando respeto.

Hubo un tiempo en que la vida

y el mundo eran pareja.
Ahora se están divorciando.

                 *****


Ana Pérez Cañamares
Las sumas y los restos
Devenir

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