La estábamos esperando. No hay nada más grato que el terciopelo rojo aunque a algunas personas les produzca escalofríos. Me alegra ver que de vez en cuando aparece una voz personal, áspera, desinhibida.
Con la potencia necesaria para destruir la ciudad, Del Valle se sumerge entre sus ruinas y sus cenizas, rebozándose entre el fango y comenzando a construir junto a sus iguales, nosotros, los desheredados príncipes del hastío, un mundo sin caretas.
Algunos aprovechamos la oscuridad para robar copas de plata y llenarlas de sulfitos, Del Valle pasea por el casco antiguo sus noches en vela en busca de explicaciones. Es un azulejo manchado de rojo, una hembra de corazón sucio, blandi blú que camina sobre cristales rotos por las avenidas. La hemos visto llorar bajo la lluvia desgranando las cuentas de un rosario, arrodillada bajo un farolillo rojo, deconstruyendo su vida, buscando la parte de sí misma que perdió al romperse el espejo en el que se reflejaba su imagen. En mi opinión sólo quien, como Del Valle, tiene conciencia y capacidad de autocrítica tiene el corazón limpio.
Es una suerte que Del Valle no esté contaminada, le pedirán que respire fuerte bajo las duchas, que cante Barras y estrellas en estadios abarrotados por prófugos de la nada. La estábamos esperando, no nos gustan las acelgas, no nos gustan los platos precocinados, no nos gustan las marcas y no nos gustan los productos blancos.
Kingsley Amis señaló en su día que por un tiempo nadie desearía leer más poemas sobre filósofos, pintores, novelistas, ciudades extranjeras, mitología, galerías de arte o sobre otros versos.
Es posible que Del Valle termine escribiendo este tipo de poemas. Casi todos lo terminamos haciendo. Yo no soy una excepción. De momento ella escribe con honestidad y valentía.
Permítanme que abandone este comentario y vuelva una vez más a disfrutar de esta bala de plata que ha destrozado el azul.
Jorge Espina.
Muy interesante el contenido de tu blog, si deseas leer algo diferente, aquí te dejo este enlace del mío: http://manuharojurado.wordpress.com/
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena Irene!!!
ResponderEliminarHay Muchas ganas de leerte y saber que nos cuenta la silueta de humo de tu libro. Nos veremos el miércoles y además brindaremos
Una Ola Naranja
Hada flotante