sin ruido,
como la nieve cayendo
en una montaña de fuego,
como encender en la noche
una invisible luz.
POEMAS DE LA OTRA ORILLA. ANTONIO RIGO (INSOMNUS. PALMA DE MALLORCA 2010)
Si en Poemas del bosque y de la lluvia Antonio Rigo perseguía el milagro de convertirse en árbol, en Poemas de la otra orilla es ya el árbol quien escribe los poemas. Este libro está escrito sobre la piel de su autor.
El sosiego, equilibrio y lucidez de sus versos proceden de la experiencia y de la edad que indican los 50 circulos de sus brazos. Es el momento de oir latir el corazón de las manzanas, es el momento del poeta ante la soledad de las palabras, es el momento del árbol que interroga a la naturaleza, ¿quién como el árbol podría cantar a la montaña? ¿Quién como él, que nos observa con distancia, podría acercarnos a la otra orilla?
El álamo escribe como ama, con pasión y sin ruido, la higuera levanta jardines, el árbol quiere irse a vivir al interior del árbol ¿o quizás no era así? Ayer, antes de dormir, leí Poemas de la otra orilla y hoy he amanecido ebrio de amor y otras voces. Escribo este prólogo en trance, como Rigo escribe sus versos. Abro la ventana y beso el árbol, abro la ventana y respiro la flor. Lo confundo todo, es necesario, sin duda, acostarse sobre la hierba para leer estos poemas, a la sombra de un antonio, sin prisas. Es necesario abandonar la urbe, esconderse al menos en el interior de un parque, donde las ramas nos oculten la ciudad y el deconcierto. Es necesaria la muerte para llegar al otro lado, morir para nacer en el bosque, para ser la garza a la orilla del río, lagarto largo, verde y sabio al mejor sol.
Como decía Heráclito: En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos. Nosotros nos hemos bañado dos veces en el mismo safareig, siguiendo la versión de Platón en el Crátilo, no se puede entrar dos veces en el mismo río. Pero el cauce, la playa o la alberca, son los mismos y es en nosotros donde se produce el cambio. En Mallorca hay toda una generación de jóvenes poetas que han crecido a su lado, que siguen creciendo, conocedores ya de la ocupación total de esperar un verso. No soy el mismo, he conocido a Antonio Rigo y nunca seré el mismo.
La otra orilla no se encuentra en la muerte, como podría parecer a algún lector despistado tras la lectura de algún poema. Para alcanzar la otra orilla es necesario sufrir una transformación, alcanzar otro estadio mental. Hay que mantener la atención en el momento presente, liberar el pensamiento utilizando vías de acceso espontáneas e intuitivas, ajenas a la intelectualización, vaciar el interior sin desear ni rechazar nada. Sólo cuando dejamos de remover el agua de un estanque podemos al fin ver el fondo, descubrir nuestra propia naturaleza.
Un árbol-río fluye calmo por los versos de la otra orilla. Rigo es el poema y la mano que lo escribe, es el mirlo y el cerezo, la iluminación zen de un hombre que se acerca a la poesía con la mente despierta y las manos vacías.
Jorge Espina
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
APOLOGÍA DE LA LUZ
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DEL FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
Vinimos a visitar tu blog y nos gustó mucho. Volveremos asiduamente. Un saludo desde zUmO dE pOeSíA.
ResponderEliminarEMILIA ALARCÓN / AITOR SUÁREZ
zumo-de-poesia.blogspot.com