Aunque no sea suficiente,
aunque el resultado no cambie (pero cambiará),
aunque no valga la pena lo mucho que perdiste,
míranos a todos y di yo rompí la cadena de mando
aquí contra este operario de pelo rapado
el monstruo peludo se topó y tuvo que mostrarse,
y aunque perdí la pelea yo organicé la pelea
y cinco minutos enteros detuve el Sistema. Después
el Sistema paso por encima de mí, pero queda
esta historia, palabras. Tomadlas vosotros,
ponedlas si podéis entre las ruedas de la Máquina,
multiplicadlas, pero tratarlas con respeto
porque no fueron gratis.
***
Tú tan feliz, aprendiz de poeta,
pequeño padawan rodeado de maestros,
quién te advirtió contra esto: estar solo,
en medio del desierto de nieve, perdido
en el centro de la taiga, y verte rodeado
de océanos de tiempo, los mares de la noche
el vacío sideral. Y aún así
echar a caminar, es decir:
empezar un poema.
***
Amor,
te he cosido a la piel de mis manos
Con una Máquina que hacía tictac.
***
B LUEGO C
Entrar en el Poema,como en la última
lancha de salvamento, y mirar hacia atrás:
mujeres, niños, padres de familia
hundiéndose en lo oscuro, perdiendo el sentido,
con labios morados por la hipotermia, sujetos
a ridículos tablones, pidiendo auxilio.
Encender un cigarrillo.
José Daniel Espejo. (Música para ascensores. Editora regional de Murcia. 2007)
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