APEROS DE GRANJA Y RUTABAGAS
EN UN PAISAJE
(Sextina)
El primero de los mensajes sin descifrar decía: "Popeye se
sienta sobre truenos,
algo inimaginable. Desde esa caja de zapatos de apartamento,
más allá del matiz amoratado de las cortinas, emerge un
tangram: parcelas de tierra".
Mientras tanto la Bruja del Mar se relajaba en un sofá
verde: "Qué agradable
pasar las vacaciones en la casa de Popeye", y se rascó
el único pelo de su barbilla partida. Se acodó de las espinacas
y fue y le preguntó a Pilón si había comprado espinacas.
"Mi amor, las llanuras están cubiertas de
truenos
hoy, y será como tú desees". Y se rascó
la cabeza bajo el sombrero. El apartamento
parecía ir menguando. "¿Y qué si ninguna agradable
inspiración nos sumerge ahora en las estrellas? Porque esta
es mi tierra".
De repente, recordaron que todo era más barato en esa tierra.
Mientras Pilón abría con esmero la lata número 2 de
espinacas
se abrió la puerta y entró Cocoliso gateando. "¡Qué agradable!"
Pero Cocoliso parecía malhumorado. Traía una nota
prendida a su babero: "Truenos
y lágrimas son inútiles", decía. "En lo sucesivo, el
apartamento
de Popeye será recordado como un espacio tóxico o salubre,
entero o como algo que alguien rascó".
Oliva cruzó como un rayo tras la ventana. Una manta de
geranios rascó
sus largos muslos. "¡Traigo noticias!", gritó. -Popeye,
forzado, como sabéis, a huir de su tierra
en una tarde borrascosa y húmeda, a causa de las intrigas
de su marchito y duplicado
padre, celoso de su apartamento
y de todo lo que hay en él -yo misma y las espinacas
en especial-, lanza saetas de cariñosos truenos
a su propio y estupefacto decoro, destruyendo el agradable
arpegio de nuestros años. Ningún agradable
rayo de sol refrescará vuestra sensación de envejecer. no
más -y se rascó-
Ni árboles ni musgoso follaje, solo quedará la oscuridad
inmaculada y los truenos.
Agarró a Cocoliso. "Me llevo al mocoso a mi tierra".
"No puedes hacer eso... Aún no ha terminado de comerse
las espinacas",
conmino la Bruja de Mar, lanzando una mirada medrosa
en torno al apartamento.
Pero Oliva no podía oírla. Entonces el apartamento
Se sumió en un silencio nuevo y extraño. Es muy agradable
estar aquí, pensó la Bruja del Mar. Si esto es todo lo que
hay que temer de las espinacas,
entonces no me preocupan mucho. Quizá podríamos
invitar a Alicia la Tonta, y se rascó
una teta pensativamente. Pero Pilón es tan cateto, tan
bruto como la tierra,
siempre eructando... En unos minutos, los truenos
inundaron el apartamento. Domésticos fueron aquellos
truenos,
del color de las espinacas. Popeye se rió entre dientes y se
rascó
los huevos: claro que era agradable pasar un día en su tierra.
YOHN ASHBERY. EL DOBLE SUEÑO DE LA PRIMAVERA
TRADUCCIÓN DE SILVIA BARBERO. VISOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario